lunes, 30 de noviembre de 2009

Mis Caminatas por Santiago: Variaciones de primavera



Tres días y más.
Momentos.


Son las 11:00 de la mañana de un día lunes. Un día soleado y ventoso.

Mujeres delgadas ataviadas de arreglos y combinaciones coloridas caminando a través del parque de las esculturas en Providencia.

Indiferentes, seguras, hacia un destino definido y con el horario controlado.

Circulando desde el auto en movimiento en su misma dirección y en sentido contrario, las imágenes pasan rápido, sin definición y aún así algunas se retienen. Sus movimientos. Su frecuencia y cadencias.

Sigue la gente que cruza mi vista.

Circulando por Pedro de Valdivia.

La luz pasa por entre las hojas de la arboleda que cubre la avenida y su adoquinada calle y me oculto en las sombras avanzando y frenando evitando la radiación.

Es un torrente de sensaciones imparable. Escribo cruzando Santiago.

Ahora es de tarde y retomo el ritmo de la vida a pie, donde más cosas ocurren y si lo permitimos, más cosas vivimos. Es miércoles.

Irarrázabal acechado por el calor. 

El vapor caliente se eleva desde las aceras y dificulta la respiración. Cientos de transeúntes que vienen y van; cargados de pesos, bolsos e historias, maletines y traumas.

Corren para alcanzar el bus a su destino y vociferan contra todo y contra todos los que se crucen. Ropajes diversos, preparados para toda eventualidad, ante la diversidad del cambiante clima.

Yo sólo observo y camino y me hago invisible ante los gritos y los ruidos ensordecedores del tráfico, las bocinas, los motores.

Sábado de mañana frente al Museo Nacional de Bellas Artes.


Sentado a la sombra en el Parque Forestal enojado con el mundo por la falta de tino. Un gritón circense anuncia por altoparlantes sobreexplotados a diestra y siniestra la gratuidad de la invitación a los pasantes a ver y oír el ruido de cumbias y reggaeton que un candidato le regala al pueblo tapando con ello el escenario majestuoso y escaso de naturaleza que este espacio nos regala. No se oyen los pájaros ni el riego siquiera.


Por suerte está el Museo; y luego de recorrerlo arriba y a los lados, me encuentro con una exhibición en el subterráneo de Gordon Matta-Clark, hijo de Matta con quien me volví a asombrar dos pisos más arriba. El leitmotiv de su hijo, o al menos en esta exhibición, es “Deshacer el espacio”. Desde ya, una propuesta diferente, sugerente e impresionante. No lo suficiente empero para contrarrestar el frío aire irreal que a mis púberes acompañantes complica por lo inesperado e intenso.

Caminamos entonces por Ismael Valdés Vergara hacia el Emporio la Rosa, tras cruzar por entre el puesto ferial donde el mismo candidato oferta ahora asesoría legal gratuita…

El barrio invita. El Parque espera.
Enamorados ataviados de negro revolcándose abrazados, ausentes o exhibicionistas, o ambos. Trotadores arrastrados por sus perros. Pequeños canes con rostro roedor lamiendo a sus amos en agradecimiento por la no discriminación.
El Emporio, cual almacén de barrio un domingo en la tarde, está lleno. Nos quedamos.


Merced hacia el poniente y nos detenemos ante un pintor que obstruye el paso mirando hacia el sur.


J. Victorino Lastarria está de fiesta. Pintores por doquier con atriles metálicos y oxidados plasman su impresión de lo que ven, lo que sienten, lo que piensan, como mejor pueden.


Un cuentacuentos llama la atención de los extranjeros que pasean por el lugar sin entender palabra de lo que oyen, vitrineando entre libros usados y anticuarios, entre la curva calle observada por edificios con balcones que podrían ser una calle más de una Europa renacentista imaginaria.

Todo el ambiente es calmo y festivo. Hasta el trabajo parece relajo.
Y me siento a descansar y observar.

Domingo por la mañana. La Dehesa.

Ya no está la otrora heladería simple y tradicional en el Portal La Dehesa. En su reemplazo pusieron un café. Otro más. Esta vez, de origen extranjero. A pasos está también la sucursal del Emporio y todo indica que repetirse el plato en este escenario es sumamente disonante.

Otro tipo de consumismo, templo alternativo de la imagen y las posturas, de la levedad de las miradas, la indiferencia de las voces, la falsa autosuficiencia. No da más que para un café en otro lugar, unos jugos, y figurar cual cera de un inexistente Madame Tussaud santiaguino.

Y llega la noche en la terraza.

La luna gibosa creciente a cuatro días de llena ilumina el entorno. Las nubes transitan hacia el oriente, surcando el cielo formando y reformando escenas. El haz azulado traspasa las capas húmedas dando a luz arcoiris consecutivos en un halo concéntrico semejando un vacío luminoso.

Se escucha claro el río y el aire fresco precordillerano del Arrayán. Pasa el agua golpeteando entre las rocas, arrastrando piedras, llevando sedimentos y mensajes e historias desde río arriba. Ecos de otros, oídos y no escuchados.

A. Escribo con lógica emocional, dentro de contextos en ocasiones demasiado amplios.
B. Está bien. Es Inteligencia perceptual. Más allá de la Inteligencia emocional. O más acá.
A. Se entiende, entonces?
B. Efectivamente, permite ser entendida por la atención racional.
A. Qué alivio…

Claro de Luna.
No es el piano de Beethoven el que suena, sino el cielo el que se descubre e ilumina escenas imposibles.

A. Poesía y racionalidad.
B. Dos caras de una misma moneda, de muchas caras.

Silencio.
Suena el río. Se siente la brisa.


Y ahora se ven los cables eléctricos y transformadores en el poste frente a mi terraza. Son un cable a tierra y son las 23:19.




miércoles, 25 de noviembre de 2009

Mis Caminatas por Santiago: Av. Matta



Es martes y son las siete de la tarde.

Caminando por Av. Manuel Antonio Matta hacia el poniente, por la vereda norte.
En el ambiente se sienten los 20º Celcius y una agradable brisa que humedece y suavisa mi respiración.

Pasando Cuevas y luego Madrid, ambas calles con sus calzadas separadas por jardines enveredados y sombras de árboles añosos que acogen a los paisanos que habitan en sus alrededores.

Algunas fuentes y árboles en flor en el parque central adornan la amplia y limpia avenida.  Paso Lira y arrecia el sol en la cara encegueseciéndome y dejando mis pasos a la intuición.

Paso una calle sin salida y ya mi rodilla denota el camino recorrido, cediendo, débil, inestable. Sin causas ni explicaciones, pero los efectos están.



Manuel Antonio Tocornal y sus pequeñas casas de colores, y frente al pasaje Londres y el pasaje Lima, el murallón verde oliva de la Iglesia del Santísimo Sacramento construida entre 1891 y 1896 por Emilio Doyére, y Monumento Histórico Nacional desde 1986.


Ahora toda mi pierna se duerme y aun así avisa el dolor.


En las calles no hay cables a la vista y ésta se pierde en los confines de las particulares miradas. Sólo se sienten las corriente del aire y la eléctrica del hormigueo que recorre mi costado.

Ya en la calle de mi destino, a pasos de Santa Rosa y en calles interiores, el dolor se discipa, me recibe un Rosal que florece entre la sequedad y aridez.








Y un niño trabaja recolectando cartones en su carro con un quiltro de compañía.





Los últimos pasos por la vereda resquebrajada y mi descanso que llega cuando más lo requería.




Fue un paseo, caminando por Santiago.






martes, 24 de noviembre de 2009

Reporte Deportivo del 231109

No podía faltar el reporte de rigor, aún cuando en esta ocasión puede que la fidelidad a los hechos sea cuestionable por motivos que explicaré hacia el final del relato... si es que me acuerdo de hacerlo.

Mantengamos por ahora el suspenso del resultado...

La noche se inició de tarde.
A la consabida y dolorosa ausencia de M., tuvimos que sumar (con bastante anticipación, hay que decirlo), la de AE, quien a las horas del partido tendría un encuentro poco definido en lugar con letra doble de alta alcurnia. No se especificó, empero, la compañía.

Ante los hechos, se movieron los hilos y llegaron al encuentro, como sustitutos, el Ave, en una segunda incursión y gracias a la alineación de los astros, contamos con la aparición cuasi fantasmagórica del Leo V., que en esta ocasión se presentó sin Gin pero igual al recuerdo de más de 4 lustros atrás.

Con esta formación enfrentamos el encuentro, que tendría otras sorpresas exógenas que influirían en el resultado.

En el contrincante también hubo cambios. No llegó Paulo ni su arquero y en su reemplazo aparecieron un pequeño que pintaba para hábil pero no lo fue tanto, y un largo que resultó destacar más por destemplado y falto de timimng y tino que por su destreza.

Iniciamos dominando a piacere.
Algunos puntetes por acá, otros por allá e íbamos 2-0 arriba. Y ahí comenzó el problema. Un autogolazo del Ave que descolocó hasta a los camarógrafos y reporteros gráficos, les dio pie a los contrarios para iniciar el ataque.

Paralelamente -y hé aquí un asunto neurálgico- nos percatamos que en la cancha de al lado se jugaba un emotivo encuentro aunque de dudosa factura técnica y táctica.... ¡Era un match de mujeres! Con gritos, vítores y muchos goles en ambos lados.

Foto Referencial
De tanto mirar -sólo con afán de estudio de la ciencia deportiva- nos anduvimos desconcentrando y nuestro juego se tornó errático. Nos adelantaron 4-2.

Al rato, volvió la cordura, pero no la calidad. Sin embargo nos mantuvimos firmes en la punta con ventajas parciales de hasta 4 goles hasta llegar a un aproximado 11-9 a nuestro favor.

A estas alturas el flaco largo ya había hecho varias de las suyas, entradas a destiempo -por no decir mala leche- y con una vehemencia fuera de contexto. Como resultado, me botó dos veces en su área.

Al cabo de algunos goles más, la patada a mansalva fue esta vez por atrás, a las canillas y tras caerme producto de la misma y escuchar el reclamo de E. que miraba atento y atónito, el muy flaco se quejó de que nuestro juego era de señoritas (eso probablemente se debió a que no veía lo que acontecía al otro lado).

Me piqué. Afortunadamente, el resto del equipo, no.
El Ave se resarció de su inicial desvarío y atinó con sendos goles de todas partes. Leo fue sorpresa, al menos para este humilde reportero amateur. Hábil, ágil. Un aporte. Claro que igual mató varias aves (no parientes del anterior) que miraban plácidamente el partido con más de un tiro a las estrellas.
E. mostró un juego en franca alza. Tapó incluso esos tiros cuyo fin sabíamos que inevitablemente serían las redes, y nos desdijo. B. no anduvo todo lo inspirado con que a veces nos regala, pero esta vez hasta hizo algo de marcación. CC estuvo pendiente del partido jugado al lado. Le pediremos su reporte del cambio de camisetas.

A la larga, y tras un reñido encuentro, roces más roces menos, nos empataron.
Pero faltaba lo mejor.

Un puntete destemplado y desincronizado del Ave apenas sobrepasada la media cancha nos dio el gol del triunfo ante el asedio de los equipos que nos seguían en turno y ahí terminó todo.

Otro triunfo feliz y la rabia medio contenida de Claudio que se quejó de perder nuevamente por un tanto.

El afterhour futbolero fue otra historia.

Nos esperó la terraza del In-Huinchi a E., B. y a mi. Luego de 2 Pitcher y 2 Barros Luco el acuerdo era retirarse temprano. Pero el llamado de urgencia de D., que llegó tras hacernos esperarlo, nos alargó la velada un tanto. La conversa fue buena, pero yo ya no me acuerdo.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Desde el House of Rock & Blues

En una improvisada y sorpresiva salida nocturna nos reunimos con B. y E. y partimos al “House of Rock & Blues”, casa isla (vaya casualidad), aislada al medio de tres calles que forman un triángulo donde sólo cabe esta edificación, habilitada como Pub, de dos pisos y con escenario para actuaciones en vivo.

Llegamos por rumores que se hicieron verdad. Tocaba “H-Sur”, banda local y dentro de las pioneras en la práctica de los tributos, que en este caso glorifican a Rush.

Al llegar, el alboroto ya había iniciado y desde la entrada se sentían los acordes y sonidos sincopados donde la imaginación llenaba los vacíos visuales. Tocaba Rush, en vivo en Santiago, y sólo unos pocos afortunados frente a ellos.

El Caos inicial lo vivimos con “YYZ” (disco “Moving Pictures”, 1981), con sus pruebas de destreza y el solo de batería incluidos. Lo viví desde la terraza, en el segundo piso. Solo. Mirando absorto y colmado por la música. Se me había olvidado lo bueno que era. Inevitable vivir y somatizar cada nota y cada silencio en el cuerpo y focalizar la atención.


El lugar no estaba lleno. Sólo el primer piso con todo rincón ocupado. Un público inesperado para este tipo de música, algunas bellas mujeres, todas con compañía y ciertamente perdidas del contexto. Conversaban como en un café de media tarde mientras nosotros fanáticos tratábamos de evitar su distracción y reconectarnos con lo que ocurría en el escenario y en todo el entorno sonoro.

La mezcla fue amplia, cubriendo años de carrera. Siguieron con "Manhattan Project" (“Power Windows” 1985), declaración de principios del sincopado, luego “Natural Science” (“Permanent Waves” 1980)… Progresivo puro y completo llenando todo el silencio.... Full energía.

En la pausa, resuenan las cajas repetidoras en el ruido silencioso.

Vuelven con “Roll the Bones” del disco homónimo de 1991. Las cotorras obstruyendo y aumentando su volumen en una lucha de intensidades. Sólo se detienen ante la potencia de las señales del clásico “Tom Sawyer” (“Moving Pictures”), y los músicos a su vez retrotrayendo el pasado y moviendo los hilos del público cual titereteros de marionetas.

Movimientos del sistema nervioso central. Movilizando y transportando...

Suena “The Temples Of Syrinx” del majestuoso “2112” de 1976 y la energía se dispersa por todo el ambiente. Se escuchan los sonidos del silencio. Irrumpen con “Jacob's ladder” (“Permanent Waves”). Los bajos excesivos y mal ecualizados hacen vibrar el piso y todo el edificio mientras los agudos transportan más allá de la marcha bélica que escenografía la imagen completa.

Había terminado la actuación.
Seguimos bajo hipnosis mirando sobre la muralla las imágenes perfectas y aerografiadas de Jim Morrison, John Lennon y Jimi Hendrix.

Y despertaron otros sentidos. Sentimos el olor del humo de cigarros y conversamos y se disparó la sequedad de las gargantas llamando al exilio.

Salimos del lugar rumbo al Mossai Café y en el auto, en grupo, con gusto a poco, en la radio escuchábamos Rush… Y las diferencias, aunque se hicieron evidentes, no minimizaron la experiencia anterior.
Las comparaciones no tenían sentido. No fuimos a ver a Rush. Fuimos a evocar la experiencia. Es como leer novelas. Crean, recrean, o invocan una experiencia. Cuando no es posible haber vivido una realidad, sólo queda la proyección y el apoyo de la imaginación de terceros. En ocasiones ni siquiera importa el valor creativo sino sólo la experiencia...

Pasamos por el Mossai y llegamos a la Isla.
Infinitas hormigas danzando al son de “Lazy” (Deep Purple’s “Machine Head”, 1972).

La conversación se tornó directa, incisiva, impetuosa a ratos, y siempre bajo los códigos universales de una amistad de plena confianza que acepta los ataques como desafíos y los consejos con humilde apertura.

B. analizando las relaciones de E. y el rol de la intensidad de las emociones, en hombres y mujeres: La mujer de E., no deja solas a sus hijas y la relación se hace más difícil.

A. y E. contraatacando con argumentos: Es sin embargo lo que el hombre espera de su mujer, a pesar de la paradoja de saberse en segundo lugar. Al pasar los meses del primer encuentro y el arrojo y entrega que llegan con la novedad, dejar el nido se le hace más complejo a la mujer y más atávico al hombre. Y acá retoma su lugar e importancia el mantener la chispa de la creatividad y el respeto de los espacios para acomodar la vida de pareja versus la individualidad. En pocas palabras, dándole la oportunidad a ella de ser.

Suena “Robbery, Assault and Battery” (Genesis, “A Trick of the Tail” 1976).
Son la 03:23 en la isla.

E. dice: Para ella no son conflictos las circunstancias de la vida.

Hay una larga pausa. Los alrededores son amplios y corre una fresca brisa. Cada uno deambula por su propio espacio buscando respuestas a preguntas aún no hechas. Los perros duermen. Volvemos al centro.

Suena “Minstrel un the Gallery” (Jethro Tull, 1975) a las 04:09

Placer animal. Placer autosuficiente. Mezquino. Buscando la imagen del amor profundo en el interior y la ensoñación. Un error producto de la timidez, de la autovalencia excesiva, del exceso de falsa seguridad.

El le pide a ella "ayúdame a terminar", y eso es su máxima muestra de entrega y libertad y sana interdependencia. La confianza de sentirse libre de vivir el deseo con la pareja.

Suenan Los Jaivas (“Sube a Nacer Conmigo Hermano” del disco “Alturas de Machu Picchu” de 1981).

La infidelidad

La búsqueda del cariño en el hombre es refleja y casi independiente del intelecto. Es la constante y eterna búsqueda del refugio en el pecho materno. El destete no existe, sólo se reemplaza.

Confesiones

Emociones a flor de piel.
Son las 04:52

Suena “No More Tears” (Ozzy Osbourne, 1991).

Hemos discutido y abierto nuestros secretos. E. la llama y yo le digo que está loco.
Es tiempo de que las parejas respeten los espacios privados de duda como un paso necesario en la autoafirmación.

Suena "Detroit Rock City" (“Destroyer”, Kiss, 1976).
Son las 05:10 del viernes.

Hay un silencio que antecede y anticipa lo que viene.
Se escucha "Kayleigh" (Marillion, “Misplaced Childhood”, 1985)

B. pregunta por qué no suenan clásicos que se parezcan a uno.
E. argumenta: Tu mujer hizo algo legítimo al enamorarse e intentar inconscientemente transformarte en quien ella quería.

El amor máximo se da en la total entrega y veneración al punto del no dormir. Es un amor adolescente en la experiencia adulta. Todavía duele el rompimiento de los proyectos

E: En que mides el enamoramiento?
A. En la conexión
B. Las interpretaciones suceden. La conexión es amor.
A. La sutileza de vivir dentro de un contexto indudable.
B. Temor de vivir cualquier camino impuesto en una relación directa.
E. No es eso. Puede que esté en el camino sin darse cuenta.

Son las 05:52.
Suena “Gallows Pole” (Led Zeppelin III, 1975)


Hangman, hangman, hold it a little while,
I think I see my friends coming, Riding a many mile....

jueves, 19 de noviembre de 2009

Otra Noche de Perros

Noche de perros. Fogata en la isla.

Es martes. Estamos con B. y nadie más llega.
Es de noche y el asado y conversación se aproximan.

Los perros nos rodean, juegan. Ahora el padre es quien cuida y entretiene... La madre ni siquiera aparece junto a la camada. Está cansada. Es tiempo y tarea del padre ahora.

Tras encendido el fuego y recolectados unos palos entre la maleza, pinchamos Marschmellows y a centímetros del fuego los vemos ponerse incandescentes, encenderse y tras apagarlos de un soplido los disfrutamos derretidos y jugosos. Una experiencia más de los sentidos.
La conversación gira en torno a la estructura de la carpa improvisada que ahora hace sombra sobre parte del patio; a la práctica y técnica del Tiro con Arco -nueva y espontánea afición de B., quien desde siempre ha sido el libre entre nosotros- y los arreglos y mejoras en el baldío mar de la isla para acomodar el blanco y evitar la pérdida de flechas.

Los perros siguen jugando alrededor. Cerca. Se acercan intermitentemente en búsqueda de cariño. Ahora están limpios después del baño dominical y se ganan las caricias mías y de B.

Los marschmellows han endulzado demasiado la espera, licuada con los más diversos brebajes, a la espera de la carne que recién comienza a asarse. Entretanto, unimos el palo que sostenía las sustancias directo al carbón incandescente y la imagen simula un falso entierro donde en rigor el palo se derrite y el carbón no es penetrado.


Saltan chispas cual fuegos de artificio. Se escucha la música del silencio, sólo interrumpida por voces lejanas y grillos. Ronroneo marcial. Los perros jugando y en la calva nuca el aire dulce y fresco soplando. Todo a luz nocturna. Sin incandescencias más que el calor de las brazas ardientes esperando quemar la carne.

El limón limpiando los fierros ardientes y el olfato de los perros husmeando.



La noche avanza y se van los hielos, derritiéndose. Saboreando el presente. Sintiendo el momento...

El diálogo sigue...

B. La poesía apunta a describir la simpleza.
A. Descubrir lo bello en lo simple.
B. El arte apunta a describir lo simple, el orden, el contexto general.
A. Es lo que está. No hay lo que no está.

Entre la maleza crecen cinco alcachofas. Son testigos del gérmen de la tierra, sin agua ni alimento desafiando su propia naturaleza.

Los perros ladran a los transeuntes, agitan el portón metálico con estruendo.
Ladran a los canes al paso, encerrados y queridos unos, libres y solitarios otros.

Conversan. Se intimidan. Se desafían.
En su ignorancia nace el miedo y en éste su descofianza...
Y solo les queda la descalificación como defensa, porque de otro modo les obliga a mirarse y medirse y correr el riesgo de reconocerse limitados.

Nos movemos hacia La Carpa. Contrucción hechiza para tapar el sol y las miradas. Tiene techo y una pared-pantalla. Móvil e imprecisa. Contruida con mallas, postes, cuerdas y poleas.

B. se dedica a arreglar la carpa. Modifica tirantes, cambia puntos de apoyo, planifica, ejecuta. Son las 23:00 hrs. y la carne está lista. Y yo escribiendo. Cada uno en su cada que.


Las mallas de la improvisada carpa simulan un velamen en medio de este mar que rodea esta isla. No hay agua. Los calzados empolvados son testigos de la sequedad. Continúa el silencio sólo interrumpido por los grillos que parecen vigías y dueños del lugar. Alrededor se oyen puertas que se abren y cierran y voces que emiten juicios.
Se escuchan los sonidos del fuego, el carbón ardiente. Los perros, cual gatos, buscando y peleando su espacio por el cariño.
 
Mezclamos trozos de la carne asada con más marschmellows tiñiendo los sentidos, forzando la perspectiva con que le damos atención a nuestra percepción. Mezcla de vicios y rendiciones.
 
La noche ha avanzado y ya es tarde.
Me voy y ya en el auto me acompañan Pink Floyd, Ozzy Osbourne, Jimi Hendrix y me acerco a casa tras el vértigo de las curvas, viendo luces al ocaso. Una joven rubia en la esquina, sola a esas horas, camina hacia las fiestas del sector. En mi oido sólo la reververancia de los silencios y la satisfacción de los simples placeres.
 
Y la noche termina. Y el sueño me recibe y yo me entrego completo y alegre.
Otra Noche de perros.

martes, 17 de noviembre de 2009

Reporte Deportivo del 161109

Como siempre, el reporte de rigor...

La noche se veía compleja. El calor del día había dado paso a un singular, fresco e inesperado aire cordillerano. Dos ausencias titulares más la del parche titular, hacían de la contienda una completa interrogante. Pero llegaron los refuerzos. Mi tocayo, cuyas dotes dicen se muestran más en cancha grande y acá hizo sufir sus rodillas, y mi sobrino que estoicamente se tragó algunos insultos ante chambonadas menores (sobre todo considerando su cuasi púber edad).

Nota aparte -aunque la escriba seguido- merece el hecho de que en la cancha de al lado se jugaba una efervescente final de algo que parecía un campeonato. El juego y los vítores a veces nos hacían ver más para el lado que para adelante, lo cual pudo habernos jugado alguna mala pasada. Así, ganaron unos y perdieron otros. Y los que ganaron fueron premiados con diversos trofeos además de unos sospechosos botellones de lo que parecía a lo lejos Whisky o Ron. La celebración iría a ser buena. No invitaron.

Pero volviendo a lo nuestro, el partido fue intenso, como lo han estado siendo los últimos.

Partimos con 3 farras, pero jugando con confianza, con toque, reconociendo el terreno y la distribución de puestos ante los parches recientes.

En los primeros minutos marcamos la pauta del partido. Nosotros marcando goles y llevando la ventaja, de 2 y hasta 4 goles. Con tiros de media distancia, desde todos los ángulos, con potencia y/o algunas pifias y puntetes de rigor, íbamos superando a los contrarios con autoridad.

Pero no duró su adormecimiento. Despertaron con enojo, con algunos reclamos, con cobros dudosos y ante su arremetida se encontraron con nuestro inspirado arquero que tapó de todo, incluidas pelotas que dábamos por perdidas.

Ello no evitó que gracias a furibundos remates y ante la ausencia de marcas nos complicaran e hicieran lo suyo.

El marcador fue siempre a nuestro favor, salvo una ocasión, en que nos adelanteron por uno durante algunos minutos.

A la larga, íbamos ganando 11 a 10 restando segundos para el término y una desinteligencia, digamos que del equipo -por no señalar a nadie-, causó el empate del rival; y aunque acordamos alargar la serie hasta el despempate, nos cortaron la luz y quedamos con gusto a poco. (Este corte no lo pudimos imputar al gas argentino ni a falta de aguas lluvia. Simplemente, sonó la campana).

Fue un buen lance, con algunas jugadas lujosas, pero sobre todo con marca, con piso, con algo más de orden que en jornadas anteriores y con calidad en las definiciones en ambas áreas.

Del afterhour tradicional en el In Huinchi no me puedo pronunciar porque andaba con mi sobrino y huí a casa a esas altas horas de un lunes nocturno para un adolescente con colegio ad portas. Sin embargo, los rumores y mensajes nocturnos de los viajeros cordilleranos insinuaban que todo estuvo en orden... as always.

El resto, nos dormimos felices con la siesta provista por el último debate presidencial televisado del año. Un somnífero eficiente y sin efectos colaterales.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Una Noche Internacional

Anoche fue domingo.
Los domingo de noche Santiago se apaga.
Y mi creatividad también.

Anoche salí con 2 mujeres...
Eso suena bien.
Ya sonaría bien si me refiriese a mis hijas, pero no es el caso.
Tampoco mis hermanas, ni mi madre.
So far, so good.

Anoche salí con 2 mujeres. Y ambas bonitas.
No eran mis hijas, ni mis hermanas, ni mi madre.
Sigue sonando bien.

Anoche salí con 2 mujeres. Ambas bonitas.
Ambas argentinas. Hermanas.
Primas de una amiga que me encomendó la misión, difícil misión, de salir con ellas.
Y salí.

Fuimos al Patio Bellavista. Lindo lugar. (http://www.patiobellavista.cl/)
Era mi segunda vez en el patio.
O mejor dicho, fue mi segunda vez en el Patio, y primera en el patio.
Y primera con 2. En el patio.

Foto referencial, para darle color, según me recomendó una íntima y desconocida amiga twitera que dice que vive en Canadá....

Extrañas circunstancias hicieron que al poco rato de estar sentados nos viéramos rodeados por extranjeros, entre argentinos, gringos, ingleses, alemanes, brasileros, franco-parlantes y otros que no alcancé a distinguir con meridiana claridad.

Esto hizo que nuestra vivencia de una típica noche santiaguina de primavera se tornara más parecida a una típica noche bonaerense cualquiera, sin parrillas cercanas. Y con autos con caja automática, cosa muy poco frecuente allende Los Andes... (diremos que esto último es un dato curioso, real e incomprensible, tal vez debido al mito de que el espíritu deportivo y el verdadero afán "tuerca" vive dentro de una caja mecánica de 5 marchas pichicateada al máximo. Falso. Pero allá ellos).


En esta internacional velada fuimos atendidos por dos simpáticas jóvenes de edad indeterminada y a quienes durante las más de dos horas que estuvimos allí no pudimos llegar a comprender. Ellas tampoco a nosotros. Lo único en claro fue su procedencia: Haití.

Nota: En cuanto a mi crítica constructiva del lugar, me la guardaré para consejos privados. No valla a ser cosa que alguien me crea.

Con este escenario me era difícil plantear la cuestión de la chilenidad.
¿Qué es lo típico de la vida nocturna de Chile? ¿O de Santiago para hacerlo más simple?
Podría haber argumentado que la variedad es amplia y mi conocimiento estrecho, pero como conversación no habría sido muy constructiva.
Pude inventar una clase de estilo chileno, pero ciertamente en ese escenario era poco creíble.

Algunos ejemplos:
En Buenos Aires hay cafés.
En Santiago hay Starbucks, Starlights, Staranythings. Y Cafés con Piernas. Tipically chilean!!
En Baires hay salones de té; acá tenemos McDonalds, Pizza Hut, Domino's, Burger King...
Ok. Allá también hay de esos. Y de otros. Y acá también hay de unos y pocos.
Pero lo que manda en esto es la regla.
Allá hay salones de Tango... ¿Alguien conoce un salón de cueca? (si lo saben, no me lo cuenten. I can live without it...).

Estas chicas estaban sorprendidas de la capacidad de absorvencia del chileno medio de la cultura norteamericana. Y cuando uno lo piensa, aunque no preocupe demasiado, es harto cierto.

Yo no juzgaría si eso es bueno o malo. Tal vez se pierda identidad. Tal vez se ganen nuevas características. Tal vez se amplíe la visión y se absorvan las cosas buenas. Tal vez exageramos y compramos todo lo que se nos vende. Tal vez sea hora de pensar un poco más en qué y porqué consumimos. Y a veces, aprender a decir no. O niet, non, nao, nei o nicht.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Releyendo Sobre el Vacío de la Memoria

Memoria esquiva.
Vacíos indeseados, recuerdos olvidados.
Vívencias reiteradas sin invitación,
sin derecho a quedarse en el pasado.


Memoria selectiva.
Queriendo recordar sin siquiera poder relacionar.
Manchas de recuerdos salpican el mapa del pensamiento,
sesgando decisiones,
cerrando opciones,
formando realidades al paso,
con heridos, amigos y enemigos,
viviendo,
y olvidando,
dando cabida a nuevas vidas.


Vacío de la memoria.
La buscada y la olvidada.
Todo en blanco.
Sin sonidos, sin matices, sin sombras ni colores.
Cuando todo es nuevo, incluso la novedad.
Cuando la sorpresa es la única constante,
no hay patrones, no hay conductas, no hay señales.
Todo es reacción sin premeditación.


Vacío de la memoria.
Y de la emoción.
Vacío del ausente.
Vacío del ignorante.
Vacío de conciencia.


Memorias.
Imágenes que proyectamos en el telón de nuestras emociones,
Que suponemos nuestras,
Que mantenemos como vestigios del patrimonio de nuestra historia.
Historia que creemos nuestra y sobre la cual construimos más creencias,
más historias, más recuerdos, más inventos,
hasta confundirnos,
hasta convencernos,
hasta involucrarnos,
Y somos el producto de la suma de esas historias,
ciertas o falsas,
ocurridas o imaginadas,
propias o ajenas.


Nuestros recuerdos nos construyen y nos destruyen.
Paradojas.


La vida en el vacío de la memoria.



miércoles, 11 de noviembre de 2009

Hito de Inconsciencia #52327

Anoche hicimos un asado en la Isla (quien tenga dudas acerca de lo que me refiero que se remita a post anteriores. Si no tiene dudas, también puede remitirse a post anteriores. O no).

Se trató de una noche más de las tertulias de los martes. Esta vez, en el jardín polvoriento donde abunda la maleza cual césped al natural, en el costado del espacio ahora techado cual carpa gitana, frente y a pasos de la parilla bajo el árbol carbonizado por las brazas acumuladas celebrando un San Martes en compañía inicial de B. y D.  Y los perros. 2 adultos y 4 cachorros que ya no lo son tanto.

Los perros y sus enseñanzas.

Por más que procuro recordar el nombre de todos y cada uno de ellos, me es imposible. Sólo B. y D. tienen el don. Y creo que también E., pero ayer no estaba.

Tampoco me recuerdo de todas sus características, ni físicas ni de personalidad. Pero sí hay cosas interesantes...

Por ejemplo:

Que la cachorra busque constante y casi únicamente el cariño y contacto físico con los machos humanos. Pegote. Rica, cariñosa, pero pegote. Su sensibilidad no tiene límites. Ni culpas. Se entrega por completo al cariño. Y como que en eso termina su aporte. No habla muy bien de su género, ni creo que sería justo extrapolar cualquier conclusión al respecto.
Su madre, por otro lado, es todo un ejemplo. Lady ella. Toda una dama. Buena madre, y con temperamento. Siempre está bien ubicada; busca y recibe con gusto todo a disposición: cariño, comida e incluso las órdenes directas. Y siempre piola.
Su "marido" es otro ejemplo de un Mensch. O un Dogsch.  Vivo el tipo ese. Y simpático. Y ni qué decir como amante (sino, que hable ella de las ya tres camadas, todas sobrepobladas). Buen papá, además. Cierto que no tiene que salir en búsqueda de comida para alimentar a la prole, ni salir de caza, ni siquiera defender el territorio. Pero eso no es su culpa, sino más bien parte de su mérito. Es un New Rich en todo ámbito.
De los otros tres cachorros (de los 10 originales, 6 regalados ya), machos todos, toda una muestra de las personalidades que pululan por ahí.
Está el tímido, retraido, algo dominado, buena gente pero cagado por su propia incapacidad de sobreponerse y hacerse respetar. De hecho, despierta más cariño por compasión que por atracción. Sin ánimo de polémicas, es el único negro en la camada. Todos los demás son "rubios" (hubo incluso una blanca alba, ya en otros pastos por ahí). Quizás haya un cisne detrás de todo esto, como lo hubo tras el pato feo aquél... Sería un lindo final para una so-far-sad-story...
Está también el líder. De orejas paradas y afiladas. Siempre se alimenta primero y en solitario. El resto, que espere. Crece más que sus hermanos y es quien manda. Es juguetón e inteligente. Cauto y seguro. Un Winner. Odioso. Macho Alfa.
Y está el piola. Mezcla del cariño de la hembra y la inteligencia de su lobo-orejudo hermano. Pero más piola. Guarda su espacio pero no invade el de otros. Cacha sus límites pero no los muestra. Siempre atento. A la guaite... Si pudiera, se vestiría con jeans y zapatillas. Pero de marca.

Suena como a una fauna normal de la ciudad. Una familia como tantas otras.

También estaban los vecinos. En una noche agradable, aunque algo fresca, se dieron las constantes de la intermitencia interminable de las luces de todos los edificios circundantes, los autos pasajeros, algunas alarmas. Y como excepción, teníamos unos vecinos del edificio solapado celebrando lo que a la larga evidenció ser un cumpleaños. Y cómo no, muy a-la-mode, con Karaoke a todo volumen y chirridos incluidos, y los éxitos de ayer y hoy desfigurados por uno que se creía estrella, pero era fugaz sin saberlo. Hasta sentí pena por los Charros y el barbudo melenudo meloso, ante tan limitada imitación. Por suerte no duró mucho y nuestros oídos no tuvieron efectos secundarios.

A eso de las 00:43 arribó C., cual fantasma, en silencio y sin aviso. His Style...
Lo primero que hizo fue arrimar una silla al fuego. Esta, eso si, presentaba una inusual fisura amplia, circular y profunda al centro, cual WC de guagua recién nacida, misma que fue bautizada hipsofacto por D. como Duke Nuken (las explicaciones pídanlas a él. Yo sólo transcribo lo que mal recuerdo).

Y así continuó la noche, con una apología a la corneta de por medio, meando despreocupadamente bajo las estrellas, como abonando la maleza, preocupados por buscar la ocurrencia de nuevos hechos, viendo a los perros correr y jugar alrededor.

En la sobremesa -donde no hubo mesa sino tenedores al viento arrasando el asado por gajos- discutíamos de temas de relevancia nacional...
  • Creatividad en la eficiencia versus eficiencia en la creatividad.
  • La persecución por la eficiencia en el ámbito laboral: ¿coarta la creatividad o la potencia? ¿Hacia dónde debe apuntar?
  • ¿Son legítimos los intereses personales en el ámbito laboral?
  • ¿Hasta cuándo la eficiencia es propia? o ¿es sólo el resultado de cumplir con lo esperado y exigido?
A las 01:52 sonaba "Under My Thumb" de los Rolling Stones mientras manejaba a casa. Luego sonó "You Better You Bet" de The Who. Y llegué a casa.... Apagué a los amigos de Futuro e ingresé al hogar. Se había acabado el martes de esta semana...




martes, 10 de noviembre de 2009

Reporte Deportivo del 091109

Día ocupado....
pero el deber obliga, así que acá va el reporte de anoche...

Antes que nada, y partiendo desde el final, por presión de Paulo terminamos en una pizzería en Vitacura con nombre afeminado que mi RAM no registró, sin Pitchers y con una pregunta inconclusa: quién metió el primer gol...

Partiendo de esta premisa, y a sabiendas que esto puede causar confusión, el hecho es que alguno de los equipos marcó el primer tanto, y dentro de los primeros goles nuestros, probablemente el primero, hubo una buena jugada de alguien que terminó en un buen gol de otro.

Así con la exactitud.

El partido, en adelante, se tornó en el quizás más corrido a la fecha. Por lo menos este servidor se lo corrió todo (doy fe y mis acalambrados músculos también). El equipo contrario contó con una soberbia actuación de su nueva galleta, el arquero, que atajó más de la cuenta. Tanto así que creó un cierto grado de trauma en el Aldo.

En cuanto al tanteador, la cuenta fue siempre con el contrario arriba, por 2, 3 y hasta 4 goles de diferencia.

Pero no nos rendimos.

Después de casi media primera hora de desorden optamos por el pressing y surtió los efectos esperados.

Les hicimos daño y nos respondían con goles de distancia tras lustrosas jugadas. El daño, sin ir más lejos, no sólo se notó en el marcador sino también en el pobre Claudio, que sufrió los rigores de nuestra marca implacable (hay que destacar que su reacción, en la mayoría de los casos -fueron varios- fue estoica).

Insistimos y aguantamos el ritmo. Y con ciertos lujos. Goles de distancia del Aldo. Hasta una Gallina del Felix y un lustroso roce de cabeza mio. Todos corriendo como enajenados. Hasta´se podría decir que el Walo no sobresalió por sobre el resto. Pablo se mandó unas tapadas monumentales y otras no tanto. El Coto andaba más triste pero igual hizo lo suyo con clase. Hasta con goles de su autoría.

Al cabo de casi la hora de juego logramos empatar el partido a 11 goles. Acto seguido y manteniendo la presión hicimos el que sería el gol del triunfo!!!... sin embargo, nos traicionó la glotonería y seguimos jugando.

En una jugada inteligente de ellos nos empataron a 12 y decidimos a la vieja usanza: "último gol gana"...

Y en una desinteligencia nuestra y una avivada del Paulo, nos clavaron la estaca en lo más profundo dando fin a una noche de sacrificios infructuosos....

Como castigo adicional, le hicimos caso a Paulo y fuimos a su pizzería.
Nada mal. Buenas pizzas a la piedra. Como piedra. Sin Pitcher pero buen Schop.
El problema de fondo fue que prácticamente éramos los únicos hombres rodeados de grupos de mujeres jóvenes, frescas, lozanas y dispuestas... Y sabiendo nuestra natural timidez nos sentimos algo retrotraídos, observados.

Faltó poco para que nos dijeran algo así como "tío, me dice la hora?". Afortunadamente eso no se dio y no tuvimos que pasar por ese impasse.

Por el contrario, nos retiramos con el sueño y la honra intactos a pesar de la doble derrota.

lunes, 9 de noviembre de 2009

La Edad de la Decadencia

El título que se me ocurría era "The Age of Decadence". Más que edad, es una época, y se refería a un tiempo en el pasado. O tal vez al juego de rol en 3D que desconozco pero que al googlear resulta en infinidad de hits...

Mi acercamiento a este tema es el presente referido a quienes lo viven como si siguieran en el pasado.

La semana pasada tuve dos días de encuentro con esto que he de llamar la renuncia al reconocimiento del paso del tiempo y lo bueno que hay en ello; o bien, vivir de la nostalgia como alimento de las carencias del presente.

El jueves pasado fui al Sátira, un pub que en términos generales es el que más se acerca a mi ideal actual. Buena música, buena ambiente, buenos productos (comida, bebida y vista), precios razonables y un perfil de público, en edad y estilo de vida, muy similares al mío. Lo único que podría reprochar del lugar es el libre acceso al pucho (más allá del buen sistema de ventilación es inevitable llegar a casa a ventilar las prendas en el exterior... pero son temas menores considerando las alternativas. Además, son taras de un ex-fumador).

En este sitio me encontré con un grupo de personajes (porque eso parecen) que siguen viviendo la misma realidad de hace 25 años mientras taquillaban en Reñaca. Ellas, rubias y morenas, hiperventiladas, producidas, pintadas, percudidas, falsamente lejanas e inaccesibles, como si siguieran luciendo sus figuras en el Cementerio y riendo de los pobres mortales que no vivían su realidad light.
Ellos, producidos, casuales, risueños, leves, seguros de si mismos,...
Me dio un poco de pena. Digo un poco porque obviamente mi juicio es subjetivo y sin argumentos; sin embargo era bastante obvio para cualquier observador que tras la aparente felicidad de ese grupo se escondía una falta de evolución que al menos da para pensar cuál es su visión de la vida. Si es que eso les preocupa en absoluto.
Pero no se trata de hacer juicios. Todos tenemos nuestra propia carga. Es sólo una observación de parte de la fauna con que nos encontramos en los nocturnos de Santiago.

El sábado el asunto se multiplicó varias veces.
Fuimos con D. al Barril... Luego llegó C.
A nuestros 41 y fracción éramos los jóvenes del sector. Extraña e inusitada sensación. Habían allí cincuentones e incluso algunos visores solitarios over-sixty, de pie junto al bar oteando el horizonte cual vigías al acecho recordando que el pasado se repite, que el tiempo sólo transcurre en términos relativos pero no en la memoria de quien vive su presente basado en sus recuerdos.
Nada se diferenciaba del estilo de actuar de esos mismos lolosaurios de hoy con los jóvenes veinteañeros de hace 20 o 30 años en algún Pub santiaguino o en el Cocodrilo veraniego de Reñaca.  Nuevamente, la sensación fue un tanto decadente. Pero había más. La noche recién comenzaba a pesar del regadío etílico que esas alturas ya era considerable.

Como dijo D. en otra de su memorables apreciaciones: "Siempre hay alguien menos apto, menos alerta, o finalmente con menos pelo".

Y a eso de las 00:30 hrs. llegamos al Eve...
Patético.
Cincuentones bailando cual quinceañeros del pasado. Música del pasado.
Estaba el bailarín embalao y concentrao. Ritmos espásticos robóticos. Mirando a su pareja cual Tony Manero con 30 Kg de sobrepeso. Pero con la camisa abierta y el oro desbordando desde el cuello y las muñecas y la transpiración evidente, supurante.
Las mujeres... algunas esperando al príncipe divino que las saquen a bailar... después de 20 años de espera! Estaba también la misma Andrea argentina del Sátira y de hace 20 años en Reñaca...
Escuchando Soda... Prófugos los dos... Algunas parejas en la atiborrada pista de baile, imitando los pasos de entonces, con las sonrisas de entonces.
La pausa la dio una muy buena -aunque sui generis- performance de artistas casuales que entretuvieron, y distendieron las sensaciones ochenteras con una pausa de actualidad artísitica.

Pero bien. No se trata de ser ácido ni amargo en la crítica. Yo fui parte de eso y por eso mi juicio tiene la visión del que conoció y vivió. Y la decadencia se dejaba sentir esa noche, como las otras. Me acosó -so-to-say- una mujer que insistía en adivinar mi nombre (tarea de por sí difícil). Insistió durante largo rato a pesar de mi evidente desinterés (aún así, fui cordial e intentando no ser hiriente). No fue una situación cómoda ésta de ser el seducido. Menos cuando la seductora no era lo que yo habría esperado. Supongo que es lo usual. No muy a mennudo nos toca a los hombres vivir este rol. Pero me doy cuenta que a pesar de todo, la indiferencia produce atracción, por más ridículo e irracional que parezca.

En la búsqueda de un buen rato, sentí que todos confundían la nostalgia del pasado como un tiempo mejor, con la incapacidad de ver en el presente y, eventualmente en el futuro, otras fuentes de alegría pasajera o perdurable distintas de esas que nos formaron en el pasado.
No me parecía razonable revivir el mismo estilo de baile, las mismas actitudes, hasta la vestimenta...sólo por que en su tiempo fueron buenas o fueron lo que vivimos.

Siempre los recuerdos serán propios, y como tales, únicos e irreemplazables. Y revivirlos también será una experiencia individual. Más allá de querer socializar e intentar revivir el pasado a través de la falsa conexión de hitos pretéritos, modas pasadas y experiencias que creemos comunes...
Es un error. Y tal vez un error inevitable que necesitamos vivir.
Pero será necesario revivirlo tantas veces?

Por qué querer revivir "los '80",como si hubiesen sido perfectos. O "los '90", o lo que sea.
Por qué no mejor vivir el hoy. Con sus códigos, sin cambiar la ética aprendida pero viviendo el presente desde el presente y no el futuro desde el pasado...