viernes, 4 de diciembre de 2009

Otra noche... Fragmentos

El martes pasado fue de noche en la isla.



Con luna llena y un improvisado asado provisto por B. y producido por D.
En la radio Futuro sonaba un especial de The Wall de Pink Floyd.
Con esta escena de fondo se dio una nueva dinámica nocturna...

Los perros juguetean a nuestro alrededor. Algo persiguen.
Recorren los alrededores polvorientos de la Isla. Se detienen.
Circulan y vigilan sigilosamente, al acecho.


Siempre vuelven y se reunen en torno al calor de los hombres al fuego.
Sólo la hembra se abstrae de lo que ocurre. Como si no le afectara o no lo notara. Ella vive su propia realidad, ajena.

Suenan Scorpions y luego AC/DC.

La carne se ha asado con rapidez y no sólo nosotros lo notamos. Los perros, aunque siempre guardando distancia prudente, se acercan tímidamente en busca de un trozo de alimento al instinto. Quedan felices comiendo grasa y otras mezclas. Y vienen a por sus caricias.


Suena Black Sabbath. Y luego Iron maiden.

Pronto el único sonido que se escucha a mi alrededor es el movimiento de la maleza por el rocío de mis jugos internos. Desechos en el jardín.

Son las 00:49
Comienza el juego.
B. aparece con el arco e improvisa unos tiros a 20 metros hacia el blanco.
Suenan los Red Hot Chili Peppers y el sonido de las flechas al golpear alrededor del blanco es seco, potente, sonoro, algo perturbador en el silencio de la noche. Una noche en que a diferencia de otras, todos los alrededores permanenecen ausentes.

B. nos explica la técnica precisa a utilizar para el uso del Arco y Flecha. La forma de agarrar el arco, de situar la flecha, de agarrar la cuerda, de estirar un brazo y contraer el otro, de apoyarse en un punto fijo, de mover sólo un extremo, de apuntar intuitivamente, de soltar los dedos con suavidad y dejar que la inercia haga el resto.

B. realiza sus cinco lanzamientos. Paso a paso. Movimientos precisos y explicados.
D. será el siguiente. Parte al interior en busca de preciado líquido...

Tomo el arco, sin flechas, y practico la postura, la sensación de mantener la tensión precisa; se siente cada tendón y cada músculo de los brazos, la espalda, el cuello, las piernas.
En medio de esta tensión es increíblemente difícil mantener la dirección.
D. aún no vuelve.
Sitúo una flecha e intento en primera instancia y el golpe suena seco, fuerte, contra los alrededores del blanco. No distingo en la penumbra de la luz de luna el curso que siguió mi lanzamiento ni el resultado concreto del mismo. Sólo se siente el sonido de la flecha rompiendo el espacio que le antecede, abriéndose paso por entre el aire y luego penetrando en su destino.

Lanzo con algo de mejoría mis siguientes 4 tiros y a la larga mi sensación de liberación de energía es abrazadora. Fueron sólo 5 lanzamientos y noto el agotamiento muscular que a la vez es placentero.


Y entonces el barrio despierta. La interferencia de una vecina justificadamente iracunda por los sonoros ruidos ambientales nos obliga a suspender la entretención y virar hacia el interior; físico y emocional. D. se queda sin lanzar y su frustración es evidente y comprensible.


El silencio al interior.
Lamentando el corte de inspiración.

Soy el único que le encuentra razón a la vecina. B. y D. argumentan que no era para tanto.
Yo insisto en que cuando la calidad del sueño se ve interrumpida, en particular en horarios generalmente aceptados como propios para el descanso, quien es sacado de sus derechos sociales tiene todo mi respaldo para reclamar por los mismos.

Y nos quedamos rastreando fragmentos de la memoria bajo el influjo hipnótico de "Like I've Never Been Gone" de Robert Plant, "Layla" de Eric Clapton, "The Pusher" de Steppenwolf y emprendo la retirada con "Sultans of Swing" de Dire Straits.

Y sólo quedan fragmentos.


1 comentario:

  1. Comida + música = mi combinación favorita.

    Gracias ARIE.

    Andrés desde Puerto Montt (Facebbok ;D)

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