jueves, 11 de marzo de 2010

Réplicas: La Tierra se Mueve.


La vivencia del desequilibrio producido por un temblor de la tierra, descoloca. 
Nos advierte sin miramientos acerca de nuestra insignificancia, o bien, nos alerta sobre nuestra carencia de control.

Esa tierra que acostumbramos a traducir en nuestros pensamientos como el lugar seguro, donde nada hay más abajo, donde de los mares y aguas afuera se añora llegar buscando seguridad.

Y esa tierra acá se mueve. Con violencia. Con altísima frecuencia.

Nos invade una constante sensación de mareo y aflora una extraña percepción extrasensorial que anticipa los movimientos. O que nos confunde. Nos engaña.
Y dudamos de lo que sentimos.

¿Cómo ilustrar en palabras un desequilibrio que no es mental y sobre el cual somos además conscientes?

Seguiremos navegando en esta tierra movediza y veleidosa, hasta dominarla y volver a sentir, con los pies y la vista, que estamos donde estamos y nos movemos hacia donde queremos.

Esperaremos. Con paciencia. Sintiendo. Entendiendo. Viviendo.
Acá.
Donde la tierra se mueve.


Hasta sentir que de la mar y de las aguas afuera llegamos a tierra firme; de esa que no se mueve y bajo la cual nada hay.



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