martes, 19 de enero de 2010

De Noche en Santiago: En La Gárgola




Estamos en el barrio Brasil, en calle Maipú, donde reflorece uno de los sectores más bellos de la ciudad; esa que era caminable, cercana, de vecinos y amigos. Donde abundan pasajes con cuidadas casonas de inicios del siglo pasado. Cuando las obras públicas eran para cien años y no había cables que nublaran la vista pues todo iba bajo tierra...


La entrada es no antes de las 23:00 hrs., previa reserva. Eventos que se dan cada 3 ó 4 meses y de cuyo acontecimiento nos enteramos por las amistades y el pequeño mundo. Hacemos hora en el restaurante francés vecino y contiguo, con un Sauvignon Blanc helado y un paté de la casa que incita a la salivación.




A las 23:15 entramos a La Gárgola. En el lugar, una ecléctica y variopinta pléyade de personas arriba por goteo y se dispersa entre los 3 pisos habilitados a público, recorriendo pasillos y habitaciones, con muestras de ropa y joyería en venta, salas decoradas con muebles de diseño, comedores, sillas, arrimos, cuadros y esculturas originales.




Pisos de madera en listones, raídos por el tiempo en un barrio centenario de Santiago. Luces y sombras. Temperatura ambiente agradable y en aumento, baja humedad.



Nos vamos sorprendiendo en cada rincón con los detalles, con los cambios de iluminación, con los ventanales que dan vista hacia el patio interior y cada ángulo aborda una nueva narración de lo que ahí comienza a ocurrir.


Terrazas interiores y otras moriscas que dan al exterior, mirando al poniente y al crecimiento de la ciudad.


La suave -a estas alturas- música de fondo, ambienta e insinúa lo que está por venir. El bar se abre y sin miramientos ni complicaciones bebemos en vasos plásticos transparentes. Lo simple amigado con lo esencial.



A eso de las 01:00 hrs. aparece un personaje enmascarado que tras su mímica arremete con palabras para presentar a Susu, una mujer candidata en cuerpo masculino. Una performance básica pero que al menos concentra la atención sobre el escenario y dispone los ánimos hacia lo que viene. Por ahora hay sorpresa y risas. El ánimo general es de expectación y descubrimiento.

 



Y aparecen en escena:  Les Balayeurs du Désert  (banda sonora de Royal de Luxe y La Pequeña Gigante) y su nuevo proyecto, Los Bombom, con cuatro chilenos en el casting y un repertorio amplio y diverso.





Se tomaron el local por asalto. Con tonos variados, destreza musical, ritmos que iban desde una cumbia con vientos hasta un blues del bayou, con tintes de rock y pinceladas de poesía y música pascuense. Perfecta mezcla para el ambiente. Grandes voces, actuaciones y desplante de las tres mujeres chilenas y del líder Michel Augier, que con la guitarra y la armónica sintonizaba las aproximaciones musicales de unos y otros.



El lugar se transformó en una fiesta. Desde todos los pisos la gente asomada, bailando, aplaudiendo, disfrutando. Y nosotros entre ellos, siendo unos más.



Tras el fin de la actuación, los DJ`s apartados tras el vidrio, como viendo el mundo en vitrina, hicieron su aparición y con una mezcla que personalmente no vivía hace mucho, nos hicieron bailar y trompear hasta pasadas las 05:00 am en una noche para recordar.



Las sorpresas en las calles de Santiago no paran de aparecer. 
Sólo hace falta circular y ver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario