lunes, 9 de noviembre de 2009

La Edad de la Decadencia

El título que se me ocurría era "The Age of Decadence". Más que edad, es una época, y se refería a un tiempo en el pasado. O tal vez al juego de rol en 3D que desconozco pero que al googlear resulta en infinidad de hits...

Mi acercamiento a este tema es el presente referido a quienes lo viven como si siguieran en el pasado.

La semana pasada tuve dos días de encuentro con esto que he de llamar la renuncia al reconocimiento del paso del tiempo y lo bueno que hay en ello; o bien, vivir de la nostalgia como alimento de las carencias del presente.

El jueves pasado fui al Sátira, un pub que en términos generales es el que más se acerca a mi ideal actual. Buena música, buena ambiente, buenos productos (comida, bebida y vista), precios razonables y un perfil de público, en edad y estilo de vida, muy similares al mío. Lo único que podría reprochar del lugar es el libre acceso al pucho (más allá del buen sistema de ventilación es inevitable llegar a casa a ventilar las prendas en el exterior... pero son temas menores considerando las alternativas. Además, son taras de un ex-fumador).

En este sitio me encontré con un grupo de personajes (porque eso parecen) que siguen viviendo la misma realidad de hace 25 años mientras taquillaban en Reñaca. Ellas, rubias y morenas, hiperventiladas, producidas, pintadas, percudidas, falsamente lejanas e inaccesibles, como si siguieran luciendo sus figuras en el Cementerio y riendo de los pobres mortales que no vivían su realidad light.
Ellos, producidos, casuales, risueños, leves, seguros de si mismos,...
Me dio un poco de pena. Digo un poco porque obviamente mi juicio es subjetivo y sin argumentos; sin embargo era bastante obvio para cualquier observador que tras la aparente felicidad de ese grupo se escondía una falta de evolución que al menos da para pensar cuál es su visión de la vida. Si es que eso les preocupa en absoluto.
Pero no se trata de hacer juicios. Todos tenemos nuestra propia carga. Es sólo una observación de parte de la fauna con que nos encontramos en los nocturnos de Santiago.

El sábado el asunto se multiplicó varias veces.
Fuimos con D. al Barril... Luego llegó C.
A nuestros 41 y fracción éramos los jóvenes del sector. Extraña e inusitada sensación. Habían allí cincuentones e incluso algunos visores solitarios over-sixty, de pie junto al bar oteando el horizonte cual vigías al acecho recordando que el pasado se repite, que el tiempo sólo transcurre en términos relativos pero no en la memoria de quien vive su presente basado en sus recuerdos.
Nada se diferenciaba del estilo de actuar de esos mismos lolosaurios de hoy con los jóvenes veinteañeros de hace 20 o 30 años en algún Pub santiaguino o en el Cocodrilo veraniego de Reñaca.  Nuevamente, la sensación fue un tanto decadente. Pero había más. La noche recién comenzaba a pesar del regadío etílico que esas alturas ya era considerable.

Como dijo D. en otra de su memorables apreciaciones: "Siempre hay alguien menos apto, menos alerta, o finalmente con menos pelo".

Y a eso de las 00:30 hrs. llegamos al Eve...
Patético.
Cincuentones bailando cual quinceañeros del pasado. Música del pasado.
Estaba el bailarín embalao y concentrao. Ritmos espásticos robóticos. Mirando a su pareja cual Tony Manero con 30 Kg de sobrepeso. Pero con la camisa abierta y el oro desbordando desde el cuello y las muñecas y la transpiración evidente, supurante.
Las mujeres... algunas esperando al príncipe divino que las saquen a bailar... después de 20 años de espera! Estaba también la misma Andrea argentina del Sátira y de hace 20 años en Reñaca...
Escuchando Soda... Prófugos los dos... Algunas parejas en la atiborrada pista de baile, imitando los pasos de entonces, con las sonrisas de entonces.
La pausa la dio una muy buena -aunque sui generis- performance de artistas casuales que entretuvieron, y distendieron las sensaciones ochenteras con una pausa de actualidad artísitica.

Pero bien. No se trata de ser ácido ni amargo en la crítica. Yo fui parte de eso y por eso mi juicio tiene la visión del que conoció y vivió. Y la decadencia se dejaba sentir esa noche, como las otras. Me acosó -so-to-say- una mujer que insistía en adivinar mi nombre (tarea de por sí difícil). Insistió durante largo rato a pesar de mi evidente desinterés (aún así, fui cordial e intentando no ser hiriente). No fue una situación cómoda ésta de ser el seducido. Menos cuando la seductora no era lo que yo habría esperado. Supongo que es lo usual. No muy a mennudo nos toca a los hombres vivir este rol. Pero me doy cuenta que a pesar de todo, la indiferencia produce atracción, por más ridículo e irracional que parezca.

En la búsqueda de un buen rato, sentí que todos confundían la nostalgia del pasado como un tiempo mejor, con la incapacidad de ver en el presente y, eventualmente en el futuro, otras fuentes de alegría pasajera o perdurable distintas de esas que nos formaron en el pasado.
No me parecía razonable revivir el mismo estilo de baile, las mismas actitudes, hasta la vestimenta...sólo por que en su tiempo fueron buenas o fueron lo que vivimos.

Siempre los recuerdos serán propios, y como tales, únicos e irreemplazables. Y revivirlos también será una experiencia individual. Más allá de querer socializar e intentar revivir el pasado a través de la falsa conexión de hitos pretéritos, modas pasadas y experiencias que creemos comunes...
Es un error. Y tal vez un error inevitable que necesitamos vivir.
Pero será necesario revivirlo tantas veces?

Por qué querer revivir "los '80",como si hubiesen sido perfectos. O "los '90", o lo que sea.
Por qué no mejor vivir el hoy. Con sus códigos, sin cambiar la ética aprendida pero viviendo el presente desde el presente y no el futuro desde el pasado...

3 comentarios:

  1. Fue un gusto haberte acompañado en este viaje; al subterráneo de mujeres con olores dulces en una época de Coca Cola Light, las que aún esperan una invitación a bailar, al borde de una pista llena de durmients de roble.

    A diferencia del ayer, la oscuridad no es complice ni refugio, sino mas bien acecho... un envase de miedos y amenazas...

    La razón........ esto ya no es seguro. Vámonos.

    D.

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  2. Nos iremos entonces hacia el presente sorteando los durmientes de Roble y los peligros de la oscuridad y beberemos del néctar azucarado y llegaremos al lugar desde donde partimos, pero esta vez informados y armados hasta los dientes.
    Y si es seguro, iremos con B., C. y los otros.
    A.

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  3. Yo feliz te hubiera acompañado a bailar y recorrer las nostalgias del pasado que de otras formas se nos han manifestado en el presente.... y comiendo un sahne nuss de una manera especial...

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